Cerrado.
El edificio
El Museo Arqueológico está ubicado en dos estancias conocidas como «PALAU DEL GOVERNADOR». Son de los pocos vestigios que quedan de un complejo palacial, situado en el interior del recinto superior del Castell de Dénia. La construcción de estas dependencias data del Siglo XVII y su arquitectura es de lenguaje renacentista. La fachada principal está orientada hacia el Este, con una sala excavada en la roca y una superficie aproximada de 190 metros cuadrados. Su restauración finalizó en 1984, tras un largo período de deterioro y abandono que tiene su origen en la misma Guerra de Sucesión (1708).
El Museo. Su origen e historia
El Museo Arqueológico de Dénia se crea en 1957, a propuesta del M.I. Ayuntamiento de la ciudad, ante la necesidad de disponer de una sala de exposición museográfica en la Torre del Consell del Castell de Dénia. Se va consolidando un fondo arqueológico propio y se acometen obras de restauración en el Castell para la exposición de los materiales. En 1982, se inicia el inventario y catalogación de los fondos patrimoniales del Museo y a partir de 1983, comienza una etapa de actuaciones arqueológicas en el casco urbano y diversas excavaciones de urgencia en el ámbito Comarcal. Se va definiendo un Servicio Municipal de Arqueología, que se instala en diversos inmuebles del Castell, y se dota paulatinamente de medios técnicos y económicos que cimientan su actividad de investigación arqueológica y de difusión (exposiciones monográficas y campañas de divulgación). En 1984 se inicia el «Proyecto Museográfico», que cristaliza en el verano de 1987. Está financiado por la Excma. Diputación de Alicante y M.I. Ayuntamiento de Dénia, con la colaboración de personal y medios técnicos de la «Escola-Taller Castell de Dénia»- M.I. Ayuntamiento de Dénia-Ministerio de Trabajo y Seguridad Social - I.N.E.M. El Museo Arqueológico de Dénia presenta el desarrollo de la Ciudad desde sus orígenes (Siglo II a. C.) hasta el Siglo XVIII. Trata algunos aspectos de la Comarca, debido a la incidencia de su territorio en la gestación del núcleo urbano, así como a destacadas actuaciones del Servicio Municipal de Arqueología en diversos yacimientos de la Marina Alta. Sintetiza dos mil años de historia urbana. Presenta una selección de materiales arqueológicos de los fondos del Museo, y gran parte de su contenido es el resultado de cinco años de actuaciones arqueológicas.
En la época Ibérica, la Marina Alta presenta un rico y complejo doblamiento humano, situado en el cordón montañoso más litoral, en forma de núcleos urbanos fortificados. Además, numerosos hallazgos documentan el uso de cuevas, así como habitats rurales de llanura. El hallazgo de cerámicas de procedencia griega se reduce a un fragmento de ática de figuras rojas descubierta en el Castell de Dénia y a dos páteras áticas de la Cova Fosca de Ondara. (S, IV a. C,) En este momento está en actividad el poblado del Alt de Benimaquia -Dénia- . El Tesoro del Montgó -Dénia-, con monedas de cecas mayoritariamente griegas: Sicilia y Masalia, y el Tesoro de Xàbia -La Lluca- nos ofrecen un marco cronológico similar.
A finales del Siglo II y durante el Siglo I. a C, los núcleos de poblamiento de la comarca se dotan de fortificaciones con técnicas y tipologías de origen itálico y herencia helenística: yacimientos como el Pic de l'Aguila -Dénia- y Segaria -Benimeli-. Paralelamente, los materiales arqueológicos confirman la existencia de una intensa actividad comercial que se traduce en la importación de productos de consumo de procedencia Itálica y, en menor medida, de Ibiza y Norte de África.
De la Campania, destacan la importación de cerámicas de barniz negro -Campaniense A tardía y B-, fuentes y páteras de barniz rojo interno pompeyano y algunas cerámicas de cocina. Se evidencia la importación masiva de vinos itálicos, transportados en distintos envases -ánforas-.
En definitiva, claros indicios de una romanización del territorio, con una fuerte presencia comercial, que se acentúa en lo que respecta al desarrollo del núcleo urbano de Dénia. Los vestigios de la ladera oriental del Castell de Dénia confirman la existencia de un núcleo de población, con restos de un recinto fortificado y materiales que documentan el momento de las Guerras sertorianas cuando, según Tito Livio y Cicerón, las tropas utilizan el puerto de Dianio como base de operaciones. El asentamiento de Dénia parece consolidarse como centro con una intensa actividad portuaria. La eclosión urbana de la época Augustea producirá ciertos cambios en la fisionomía de la Ciudad.
La ciudad de Dianium se sitúa en las laderas oriental y septentrional de la colina del Castell y en un área de desarrollo más horizontal, conocida como HORT DE MORAND, frente a la ubicación originaria del puerto de Dianium.
En el siglo XVII, Marc A. Palau, en su manuscrito .Diana desenterrada' y Fidel Fita (1870) y Roque Chabás (1874) dan a conocer los hallazgos más notables realizados en el yacimiento y lanzan hipótesis sobre la ubicación del Templo de Diana.
Los materiales arqueológicos más representativos proceden del Hort de Morand y otras excavaciones urbanas. Del Alto Imperio, destaca el fragmento de figura togada, los vasos de terra sigillata aretina y sudgálica, lucernas, vajilla de cocina africana, una botella y ungüentarios de vidrio y diversas piezas de cerámica común. Las piezas de bronce, en particular el balsamario que representa al Dios Mercurio, y algunas terracotas son representativas de la orfebrería y arte mobiliar.
El sepulcro de Severina, el bronce de Neptuno, la cabeza de Palas Atenea y un conjunto de inscripciones pertenecientes al Forum , son algunas de las piezas más notables. José Antonio Morand, hacia 1870, realiza excavaciones en el HORT DE MORAND. Posteriormente, Mariano Truncharte (1928) y José Oliver y Cárdenas exhuman una necrópolis y vestigios de unas termas en sus inmediaciones. Entre 1982 y 1985 se realizan excavaciones arqueológicas en el yacimiento, documentando un basamento de ara de grandes proporciones y un sector de la ciudad atravesado por un vial urbano, con una estratigrafía arqueológica que abarca del cambio de Era (Augusto-Tiberio) al primer tercio del siglo VI d.C.
Durante los siglos I y II d. C. se consolidan una serie de núcleos de poblamiento rural, con una economía preeminentemente agrícola, orientada a la producción de vino y aceite.
El Alfar de la Almadrava aporta datos de inestimable interés sobre la actividad económica de las villas rústicas de territorium de Dianium. De la Almadrava (Setla-Mirarosa-Miraflor) se exponen cerámicas y materiales de construcción con las estampillas o marcas de los alfareros, un punzón, cerámicas comunes fabricadas en los hornos y las ánforas originarias de este taller. Del Bajo Imperio destacan las piezas de vajilla africana, lucernas, ánforas y además piezas de cerámica común. Las ánforas de procedencia subacuática, en su mayoría, nos informan sobre la actividad comercial y tráfico marítimo en las costas de Dénia. La Epigrafía y los enterramientos de la Partida Vinyals-Ondara aportan datos acerca de las costumbres funerarias en época romana.Del período en que Dénia es sede episcopal no disponemos de ningún testimonio arqueológico; tan solo las referencias a los obispos Antonio, Maurelo, Félix y Marciano, entre los años 636 y 693 d. C.
Tras siglos en que el silencio de las fuentes escritas y la escasez de vestigios arqueológicos auguran una situación de franca regresión urbana a principios del siglo XI, en el año 1010 el antiguo puerto de Dénia se convierte en la capital de una importante Taifa fundada por el Fata amiri Muyahid, tras la desmembración del Califato. Tiene una larga vida hacia el año 1076 en que los Banu Hud de Zaragoza destronaron a Ali Ibn Muyahid. El carácter de ciudad abierta de Daniyya, junto a la prosperidad económica y a la sensibilización de los gobernantes, la convirtieron en el más importante foco cultural de AI-Aldalus. En este ambiente se educaron los hombres universales Ibn AI-Labbana y Abu Salt de Dénia.
La ciudad de Daniyya experimenta a partir del siglo XI una fuerte expansión urbanística, bien representada por la calidad de las fortificaciones, tal como cita Al Idrisi, y por la dispersión y riqueza de los hallazgos arqueológicos que afectan al área de la Medina y Arrabal: decoración arquitectónica en mármol, estuco y cerámicas con un variado repertorio de técnicas y formas.
Durante 1985 y 1986 se han realizado excavaciones, que han documentado un importante complejo alfarero, con edificios y hornos en actividad durante los siglos XII y XIII. El alfar produce una gran variedad de cerámicas: policroma, cuerda seca total, cuerda seca parcial, bicromía, monocroma con decoración estampillada, pintada, etc.
Daniyya es una potencia marítima y comercial: acuña moneda propia desde el siglo XI a época Almohade. Un testimonio arqueológico excepcional que confirma sus relaciones con Oriente es la «ocultación de Bronces Islámicos»: con un variado ajuar de objetos de bronce de origen egipcio, persa y, en menor medida, andalusí, con una cronología de los siglos X al XIII hay candelabros de peana, lámparas, braseros, incensarios, pebeteros, jarritos, aguamaniles, mezcladores de tintes, cuencos, acetres, esencieros, etc.
Con la Conquista (1238-1242) de Jaume I, se produce una ruptura de la situación anterior. El siglo XIII documenta el paso del urbanismo musulmán tradicional al urbanismo gótico. La distinta concepción del espacio urbano y una política dirigida desde la monarquía convirtieron una gran ciudad fortificada -Medina-, de desarrollo horizontal, en una plaza militar con edificios apiñados en la vertiente meridional de la colina del Castell. En 1308, Jaime II funda la Vila de Dénia en el interior del antiguo “al-bacar” islámico de la Alcazaba de Daniyya. La cartografía histórica y la toponimia aportan una interesante información sobre su arquitectura. En la actualidad se conservan, al menos, dos viales urbanos, algunos vestigios arquitectónicos de la iglesia y estelas funerarias del cementerio. Las recientes excavaciones han exhumado importantes vestigios de viviendas. En el Castell, tanto en el área del PALAU como en el recinto fortificado de la Vila, se suceden importantes reformas durante los siglos XIV y XV.
Se conservan interesantes restos arqueológicos de los primeros siglos de vida de la Vila de Dénia. Así, las cerámicas, verde y morado, de Paterna (siglos XIV-XV) o el excepcional “Tesoro de les Rotes” con acuñaciones de Jaume I y II, de vellón, y de Luis IV de Francia en plata. La numismática y los graffiti son un buen exponente de la actividad comercial y del tráfico marítimo en la Dénia Bajo-Medieval.
Piezas como la denominada «cruz gótica», procedente de la Plaza del Convento, y la documentación procedente del Archivo Municipal son representativas de este siglo de auge del Marquesat de Dénia.
La destrucción de la Vila durante la Guerra de Sucesión (1708) ha determinado frecuentes hallazgos arqueológicos pertenecientes a estos momentos: cerámicas de “loza dorada” de Manises y un amplio repertorio de cerámicas y vidrio de uso común, junto a piezas de importación italiana (Montelupo y Liguria) y Mallorquina.