La explanada del gobernador del Castell de Dénia y la plaza del Consell se convirtieron un año más en punto de encuentro entre artistas y espectadores. Concretamente, 3.850 personas disfrutaron de la música de artistas de varios registros y estilos entre el 26 y el 30 de julio, días en los cuales se celebró el XXXI festival Música en el Castell.
En total, el cartel ha estado formado por cinco actuaciones con una presencia especial de la música tradicional. En los tres primeros conciertos en el Castell –el de Abraham Cupeiro & Viento A Zinc Septeto, Pep Gimeno “Botifarra” y DePedro- se registraron 800 espectadores por espectáculo. Por otro lado, el sábado 29, Rosario la Tremendita reunió a 453 personas; mientras que el domingo 30 La Colleta del Verger congregó alrededor de 1.000 espectadores en la plaza del Consell. Desde el departamento de Cultura evalúan las cifras muy positivamente, apuntando a una consolidación de la ciudad y el festival como un referente cultural del verano. Además, afirman que la presencia de público de la Comunidad Valenciana y otras comunidades tiene un impacto económico importando en la ciudad. Por todo esto, la concejalía confirma que ya se trabaja en la siguiente edición del festival.
Si bien en su origen Música al Castell se centraba en la música tradicional entendida en un sentido estricto, durante tres décadas el festival ha ido evolucionando al ritmo de los tiempos y los cambios que se han vivido en la manera de interpretar y comprender la música de raíz. El programa de esta edición ha sido un claro reflejo de este modo contemporánea de entender la música popular, uno de los sellos distintivos de Música al Castell.
Así, este año se ha podido disfrutar de una programación variada que ha transitado desde el más tradicional, como es el caso de Pep Gimeno “Botifarra” y la Colleta del Verger, hasta propuestas más innovadoras, como la de la cantaora flamenca Rosario la Tremendita, pasando por la música indie de DePedro e incorporando músicos singulares como Abraham Cupeiro, el cual invita en cada uno de sus conciertos a un viaje a los orígenes de la música a través de sonidos ancestrales.
Este cartel también es fiel reflejo de otros de los rasgos definitorios del festival: la apuesta, año tras año, por la música y los artistas valencianos relevantes (este año representada por “Botifarra”); también dedicar un espacio a los grupos de La Marina, que están haciendo un valioso trabajo de recuperación y difusión de la música tradicional (en esta edición, la Colleta del Verger).